El objetivo: convertir a los alumnos en 'usuarios de servicios educativos'. La educación pasa a ser un servicio, no un derecho.
Las autoridades del Instituto Politécnico Nacional (IPN) pretenden modificar el Reglamento Interno de la institución, han promovido una consulta donde la participación y la opinión de la comunidad académica, estudiantil y personal de apoyo se vio limitada por la metodología utilizada, no hay una explicación clara sobre los motivos de la modificación, hay una actitud hermética sobre este tema; incluso en los Consejos Técnicos Escolares, se ha limitado la información y el debate.
Una análisis crítico de la nueva propuesta del Reglamento Interno refleja la intención de adecuar las relaciones laborales y académicas del Instituto a las contrarreformas aprobadas a nivel nacional: la Reforma Educativa. Además de penalizar la organización estudiantil y sindical y callar cualquier tipo de crítica y fieles a su estilo, las autoridades aprovechan esta modificación para concentrar mayor poder en los funcionarios del área central, en particular el Secretario General.
Reforma Educativa y Nuevo Reglamento Interno
La llamada Reforma Educativa impulsada desde el gobierno federal, con dedicatoria especial a todos los trabajadores de la educación del país, es en términos generales una contrarreforma laboral, cuya finalidad es la de limitar derechos sindicales y laborales, facilitar el despido, y abre la puerta para la privatización de la educación básica.
El magisterio impulsó movilizaciones masivas contra dicha reforma, no sólo en los bastiones tradicionales del magisterio disidente: Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán; cuando se dio a conocer los objetivos reales de la reforma, el movimiento se generalizó en todo el país.
La reforma facilita el despido de directores y maestros de base, si no cuentan con “las calificaciones adecuadas” en los exámenes de “evaluación” que se les realizarán y se impone precarización del empleo en el ámbito educativo.
Claudio X. González, connotado empresario de la época del salinismo, ahora convertido en uno de los principales promotores de la llamada reforma educativa lo explicó de la siguiente forma:
“Ya era hora de que se aprobaran leyes secundarias para evaluar la función de los profesores frente a grupo”. Y detalló: “Si entraste como profesor antes de la modificación al artículo tercero de la Constitución, tienes derecho a tres pruebas, si repruebas las tres se te retira del grupo y se te reubica, ya sea en el servicio público o bien dentro de la Secretaría de Educación Pública, y si eres profesor ‘nuevo’ y repruebas las tres pruebas dejas el servicio público y no se te reubica en ninguna parte”.
Quienes impondrán las reglas para la evaluación del magisterio, por supuesto que no serán pedagogos, o personas especialistas en la educación, serán los mismos funcionarios de la Secretaría de Educación Pública, ligados al aparato y la burocracia de gobierno, carreristas de los partidos políticos principales. Por lo tanto la evaluación, promoción y en su caso despido de los profesores quedan en manos de la corrupta burocracia estatal, ligados en su caso a los sectores empresariales como Claudio X. Gonzalez.
Ante las movilizaciones masivas del magisterio, las autoridades del IPN temerosas que ese ambiente contagiara al Instituto, se encararon de promover entre los trabajadores del IPN, que la reforma educativa no nos afectaría a nosotros, que eso era para los trabajadores de la educación de nivel básico. Recordemos que el Instituto es un organismo desconcentrado dependiente de la SEP, y los trabajadores del IPN estamos afiliados a la Sección XI del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en el caso de los trabajadores de apoyo a la educación y en el caso de los profesores la mayoría está afiliados a las Sección 60, que por cierto tuvo el patrocinio de la misma Directora General y el apoyo de la burocracia y el charrismo sindical del SNTE.
Las mismas autoridades que se encargaron de promover esos rumores sobre la no afectación de la educativa en el IPN, ahora presentan una modificación al Reglamento Interno del IPN, que de alguna forma contiene elementos de la misma.
El proceso de consulta
El IPN se ha caracterizado por ser una institución con poca vocación democrática, concentrando el poder y las decisiones en manos de las autoridades centrales o en su caso en los directores de unidad o escuela. Los Consejos Escolares no son órganos de decisión sino de consulta, las elecciones a los mismos en su mayoría son controladas por las autoridades para asegurar que no haya ninguna voz crítica en esa instancia.
El Director General decide quién será director de escuela o unidad, y al Director General lo impone el Presidente del país. Si esta estructura vertical, burocrática y autoritaria no es suficiente, siempre habrá a disposición de ciertos grupos de autoridades, grupos de choque o porros para mantener el control sobre sus feudos, o escuelas, en contra las voces críticas de los estudiantes, profesores o trabajadores.
Fieles a su estilo la “consulta” promovida entre la comunidad del IPN, para la modificación del Reglamento Interno, fue menos que una burla.
La votación se llevó acabo en internet mediante el uso del correo institucional, la “opinión” sobre la modificación solamente incluía respuestas categóricas “Si o No”, anteponiendo cada artículo de la propuesta del Nuevo Reglamento, no hubo opción para promover aportaciones o críticas sobre el mismo; por si fuera poco de manera intencional, al abrir la página de consulta, la respuesta automática para cada artículo era el “sí”; tampoco hubo una metodología para comparar el antiguo Reglamento con la nueva Propuesta.
Nosotros cuestionamos a la flamante comisión encargada de este proceso, donde encontramos directivos que presumen sus maestrías y doctorados, son tan limitados intelectualmente que no fueron capaces de hacer un proceso digno de consulta para la comunidad del IPN.
Incluso en los limitados Consejos Técnicos Consultivos Escolares no se ha vertido información suficiente. La desinformación es un arma de la que se han aprovechado los entusiastas promotores del Nuevo Reglamento, hasta la fecha sectores importantes de la comunidad del IPN desconocen la nueva propuesta, las intenciones y objetivos de dicha modificación.
El contenido
Se establece un principio de evaluación docente, que será regida, según la propuesta del Reglamento Interno mediante la “reglamentación aplicable”, a cual reglamentación se refiere ¿a la Ley de Servicio Profesional Docente?, la cual se desprende de la llamada Reforma Educativa de la que ya hablamos, la cual determina una forma de evaluar a los profesores y que contempla su despido en caso de no cumplir los requisitos que pide dicha evaluación, o se refiere a las Condiciones Interiores de Trabajo del personal académico del IPN, si esto es así ¿Por qué no se menciona en el reglamento?, ¿o acaso también se pretende modificar las Condiciones de Trabajo, para adecuarlas al contenido de la llamada Reforma Educativa a nivel nacional?
Se determina de manera ambigua que el Secretario General determinará sanciones a loa comunidad politécnica que incurra en “actos u omisiones que violen la Ley Orgánica, el presente Reglamento y demás ordenamientos aplicables, independientemente de que se consuman o no”. Se enfatiza en que la relación profesor, trabajador, alumno debe ser estrictamente académica. ¿A qué se refieren?, si alumnos profesores y trabajadores, decidimos realizar un foro conjunto para analizar las problemáticas del Instituto y de dicho foro se desprenden acciones para hacer peticiones, organizar acciones por alguna problemática que nos afecta; el Secretario General determinará que dicha acción va en contra de la “relación estrictamente académica” y que dichas acciones son “actos u omisiones” a la normativizad interna del Instituto y por lo tanto amerita una sanción a los promotores de dichos actos.
En el terreno de los estudiantes, se limita el número de dictámenes que se pueden tramitar durante su vida académica, facilitando las bajas del Instituto; además es innegable que esta reforma está en sintonía con las modificaciones a los planes y programas de estudio que se están implementado en las escuelas, los cuales van orientados a la eliminar el carácter tecnológico de varias carreras del Instituto Politécnico Nacional, adecuando el conocimiento a “los intereses del mercado”, es decir de las grandes empresas trasnacionales y nacionales, las cuales, solo desean mano de obra barata y calificada, obviando el desarrollo tecnológico y científico.
La Reforma al Reglamento Interno es sin duda un paquete de reformas donde va implícito la modificación del objetivo histórico para el cual fue fundado el Politécnico y que afecta profundamente el nivel y la calidad de la enseñanza en el Instituto.
Quisiéramos creer que se tratan de artículos orientados a normar la vida interna del Instituto, pero conociendo la trayectoria autoritaria, priista y panista de los funcionarios del IPN, sabemos que son poco tolerantes con las voces disidentes dentro de las escuelas y dichos artículos ambiguos pueden utilizarlos contra las voces que ellos consideran incomodas.
Para fortalecer la burocracia directiva del Instituto, se añade que podrán ser directores de las escuelas aquellas personas que tengan experiencia directiva en la gestión educativa y experiencia profesional; es decir alguien que ostente una plaza de docente pero que nunca haya dado clases, o haya realizado trabajo de investigación en el IPN, sino que se haya dedicado al trabajo burocrático o haya tenido puestos en el Estado en el terreno educativo puede ser Directivo.
La elección de las autoridades de los planteles o escuelas la decisión quedará en manos del Secretario General del Instituto.
Para las sanciones hacia los alumnos se elimina la palabra apercibimiento, pasando directamente a las sanciones directas.
El Reglamento Interno es el segundo más importante del instituto, de él se desprenden las demás reglamentaciones que regulan la vida laboral, académica e institucional. Dichas modificaciones implicaría legalización del trabajo precario en el IPN, el cual se manifiesta ahora mediante la contratación de trabajadores de honorarios, los profesores interinos, el outsorcing en el personal de limpieza; la facilidad de despido hacia los docentes y personal de apoyo, el fortalecimiento de la estructura institucional vertical y autoritaria del IPN, fortaleciendo el poder del Secretario General. La adecuación a los Planes y Programas de Estudio a una educación no orientada a la formación tecnológica, sino tecnificada (tal y como ahora sucede). En pocas palabras; eliminar derechos laborales en el IPN y abrir las puertas para la eliminación del carácter público y científico de la educación que se imparte.
Ya en el 2009, se hizo una intentona similar. Solamente las protestas lograron detenerla.
Con información de Revolución 3.0.
10:01 a.m.
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