De un balazo en la nuca fue asesinado el viernes en la noche un estudiante del barrio Los Calamares.
Diego Guerra, muerto. Foto autorizada por su familia. |
Se trata de Diego Andrés Guerra Espitaleta, de 13 años, natural de Cartagena, estudiante de noveno grado y residente en el mencionado barrio.
De acuerdo con el relato de familiares y vecinos del occiso, todo comenzó cuando una mujer denunció en un CAI cercano a Los Calamares que en ese barrio acababa de ser víctima de un atraco.
Supuestamente, los atracadores eran dos hombres desconocidos que iban pasando por los predios de la cancha de fútbol, cuando vieron a la mujer y le arrebataron el teléfono celular.
Una vez puesta la denuncia, dos policías en moto aparecieron en el sitio y lograron divisar a los presuntos ladrones, uno de los cuales se ocultó en una vivienda, mientras que el otro, quien se apoderó del celular, logró huir.
Los policías comenzaron a gestionar la manera de sacar al delincuente de la vivienda, pero al mismo tiempo debían sortear la furia de la gente que quería lincharlo.
Los familiares de Guerra Espitaleta cuentan que, al momento de la persecución, éste estaba en su casa escuchando música, pero en cuanto oyó los gritos de la gente salió a ver qué sucedía.
Unos minutos después de haber presenciado el hecho, salió corriendo por una calle peatonal, al mismo tiempo que uno de los policías desenfundó un arma de fuego y le disparó.
Los vecinos de Guerra aseguran que los policías, en lugar de auxiliarlo, abordaron su moto y se alejaron rápidamente del lugar.
Varias personas recogieron al estudiante y lo llevaron a la sala de urgencias de la Clínica San Juan de Dios, en donde los médicos determinaron que la bala le había entrado por la nuca con orificio de salida en el rostro, lo cual le causó la muerte en el acto.
Ayer, en rueda de prensa, el comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, coronel Jorge Luis Ramírez Aragón, manifestó que la institución a su cargo ya inició una investigación a través de su Oficina de Control Disciplinario, la Justicia Penal Militar y el CTI de la Fiscalía General de la Nación.
Ante la inquietud de la comunidad respecto a que supuestamente el arma accionada por el policía no era de dotación, el funcionario dijo estar abierto a todas las informaciones que tengan los familiares del joven y la comunidad, para incluirlos en la investigación.
Añadió que cuando los policías fueron a atender el caso del atraco, encontraron que la comunidad tenía a uno de los ladrones, a quien pretendía linchar “y como los agentes trataban de impedirlo, la emprendieron contra ellos con maltratos físicos”, anotó.
Vecinos de Guerra Espitaleta contaron a la prensa que tal vez la comunidad actuó de forma airada, debido a que quienes se robaron el celular son reconocidos delincuentes del vecino barrio Zaragocilla, quienes tenían azotada la zona.
Fuente
2:30 p.m.
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